Cultura
Vasili Grossman, el autor de Vida y destino, fue reportero de guerra durante la Segunda Guerra Mundial y acompañó a las tropas rusas en las batallas más duras de la contienda, Stalingrado, Kursk y la toma de Berlín.
Woody Allen es, por si no lo sabían, Allan Stewart Konigsberg, y el autor del divertido libro Cómo acabar de una vez por todas con la cultura. Se cambió el nombre por uno mucho más simpático ¡Hey, Woody!, o eso nos lo parece,
El Juicio final de Miguel Ángel es una obra sin vocación, ya que Miguel Ángel no era pintor, era y se consideraba a sí mismo escultor, y probablemente el mejor que ha existido desde que la humanidad se dedica a cincelar y pulir los mármoles
El hoyo es una película que plantea dos dilemas, el de la supervivencia y el de la solidaridad, y en este caso los dos se enfrentan entre sí. La historia transcurre en una especie de cárcel de singular configuración. Más de doscientas celdas, cada una con dos presos, ee
Federico García Lorca es más famoso como poeta que como autor de obras de teatro, pero para los que no estamos acostumbrados al género literario de rimar versos, Bodas de Sangre resulta un camino intermedio para acercarse a la obra del autor granadino
Godless es un western a cámara lenta en el que se recrean los paisajes del lejano oeste y las complejas personalidades de sus protagonistas. La frase es casi literal ya que la serie puede resultar un tanto lenta, las grandes praderas
Francisco de Goya y sus obras son la consecuencia de una desesperación, la de no poder oír. Nace en Fuendetodos, Zaragoza, en 1746, poseedor desde pequeño de cierta maestría para la pintura y de una tozuda ambición
Un mundo feliz de Aldous Huxley es el sombrío vaticinio de un futuro feliz. Dicho así puede parecer una contradicción ya que la felicidad es la máxima aspiración del ser humano, y alcanzar un día ese nirvana en el que la vida transcurra por la ancha avenida del confort
Incluimos White Gold en esta lista porque te ríes, y reír es una de las mejores cosas que puedes hacer en la vida. Tampoco es que se pueda esperar demasiado de un grupo de chalados que se dedican a ir vendiendo ventanas de PVC a todos los pacíficos ciudadanos de Corringham, Essex.
Primo Levi no era escritor, era químico, y si escribió el libro Si esto es un hombre fue por un número, el 174.517, con el que le tatuaron el brazo cuando ingresó en el campo de concentración de Auschwitz.