Un mundo feliz

Un mundo feliz de Aldous Huxley es el sombrío vaticinio de un futuro feliz. Dicho así puede parecer una contradicción ya que la felicidad es la máxima aspiración del ser humano, y alcanzar un día ese nirvana en el que la vida transcurra por la ancha avenida del confort y la autosatisfacción y abandone la tortuosa senda del dolor y la miseria poco se asemeja a un sombrío vaticinio. El problema reside en la libertad, un parámetro de la ecuación que es eliminado para alcanzar el tan ansiado bienestar.
Aldous Huxley nos lo explica así:

“El secreto de la felicidad y la virtud es amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento se dirige a lograr que la gente ame su inevitablemente destino social”.

Imaginemos que nos condicionan genéticamente para aceptar el destino que la sociedad ha elegido para nosotros: uno barrendero, el otro jardinero, aquel director de gabinete, el de más allá gobernante. Si yo amo lo que hago, y no quiero ni envidio lo que otro hace, evito cualquier frustración y establezco así el fundamento de mi felicidad. Si lo piensan un poco está bien pensando.

Todo ello para alcanzar un fin supremo: “No cabe civilización sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual”. La humanidad, si quiere evitar autodestruirse, debe garantizar la estabilidad al precio que sea. Y al paso que vamos, y tal y como nos tratamos unos a otros y al mundo en el que nos ha tocado vivir, tampoco está mal pensado.

A todo esto contribuye el soma, una especie de droga con los efectos del alcohol pero sin las desventajas de la resaca y el deterioro neuronal. Los seres humanos toman soma bajo la fórmula: “Bebo por mi aniquilación” Unos pocos gramos de soma y desaparece el estrés y los deseos de matar a tu vecino. ¿No les gustaría probar una bebida con los efectos eufóricos de la cerveza pero sin el dolor de cabeza del día siguiente? A mi sí.

No hay paternidad, los niños se fecundan en tubos de laboratorio, se gestan en cápsulas y son educados en grandes salas higiénicamente preparadas e hipnóticamente acondicionadas. Padre y madre, son términos obscenos que pertenecen al pasado. Y ahora si usted acaba de salir del trabajo y tiene que coger al hijo del colegio, y que haga la tarea, y que coma, y que se limpie los dientes, y de noche se despierta vomitando y no ha pegado ojo y suena el despertador… entonces estamos seguros que lo único que desea es un poco de soma y asomarse al abismo de un mundo feliz.

Parecen argumentos convincentes pero que se caen como un castillo de naipes porque la base en la que se sustentan no es real, la felicidad, en realidad, no merece la pena. “la felicidad real siempre parece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza”. Y si lo piensan detenidamente es cierto, así que resígnense y acepten una cierta infelicidad que es mucho mejor que la felicidad de los simples y los esclavos.

CONSEJOS PARA LEER UN MUNDO FELIZ

Es un libro a medio camino entre la novela y la filosofía profética, no demasiado largo y de fácil lectura. El primer capítulo es, literalmente, una clase didáctica de cómo funciona el mundo feliz, sus fundamentos, la selección genética y la separación en castas y colores de la sociedad: los Alfa que siempre visten de color gris, los Beta de purpura, los Gamma de verde, los Delta de caqui y los Épsilones, la casta inferior, de negro.

Hemos leído la edición Debolsillo con una buena edición y una acertada traducción de Ramón Hernández.

Un libro que no te puedes perder

El gran previsor

Ezequiel y Andrea se apuestan el amor en una carrera por la playa. Ezequiel perderá y lo que piensa que es un juego de niños se convierte en una condena de amor que va a durar veinte años.

Escarmentado de su derrota Ezequiel organizará su vida bajo la premisa de no volver a perder nunca más, convirtiéndose de esta forma en el Gran Previsor.

Una historia de amor, de tesón y de espera. A la venta en AMAZON.