“Era, por lo demás, uno de esos hombres que prefiere asistir a su propia vida y consideran improcedente cualquier aspiración de vivirla. Habrán observado que son personas que contemplan su destino de la misma forma en que la mayoría acostumbra a contemplar un día de lluvia”
Si hay que elegir un libro entre las obras de Dostoyevski elegimos Crimen y Castigo porque siendo, como casi todos, muy bueno es de los más sencillos de leer. Los rusos escriben, en general, largo y tendido, y se enredan con las tramas y el análisis psicológico de los personajes, y Dostoyevski en esto era un maestro.
La película es descarnada, porque los personajes lo son, en una España rural empobrecida y analfabeta, los pobres campesinos son humillados y los ricos terratenientes son despreciables.
Charlot, ¿Quién no conoce a Charlot? ese ser imaginado por un genio. Lo curioso es que apareció en escena casi de casualidad. Charles Chaplin, su creador, en su autobiografía cuenta que le invitaron a participar en un rodaje para hacer una escena cómica
Kurtz, un coronel del ejército norteamericano que ha desertado y formado una guerrilla de apátridas con métodos singularmente sanguinarios, es el paradigma de esos hombres destrozados, y va a ser el destino final del largo viaje por un mundo en guerra del capitán Benjamín L. Willard a quien le han asignado la misión de resolver, según considere oportuno, la conducta inapropiada del coronel.
Ignatius J. Really es todo un personaje, grande, zafio, engreído e inadaptado que vive con su pobre madre alcohólica encerrado en su cuarto la mayor parte del día escribiendo de su puño y letra su particular visión del mundo
El tío Ratero vive en una cueva y se dedica a cazar ratas que luego vende para que la gente se las coma. En la España profunda de la posguerra, donde el hambre apretaba, las ratas eran un manjar en las humildes mesas de los pobres, algo similar a lo que es ahora una perdiz o un conejo.
Billy Wilder es un genio de la comedia y Primera Plana es una de sus mejores películas, o al menos una de las más divertidas. La trama va de periodistas que viven al límite su profesión, tanto personal como éticamente
Juan Rulfo (México, 1917-1986) fue un hombre triste, melancólico, de pocas palabras y con una vida que se volvió triste cuando en 1923 la revolución de los Cristeros, unos iluminados religiosos, asesinaron a su padre y a muchos de sus familiares.
La película va de miedo, y sin tener especial predilección por las películas de terror esta nos encanta. Pero es que su director es Stanley Kubrick un genio del cine que toque el género que toque, casi siempre, le sale una obra maestra, y El resplandor lo es.