El extranjero de Albert Camus

Es un libro extraño, empezando por el título, El extranjero, y continuando por su protagonista, Meursault, un joven que vive en Argelia cuando todavía era una colonia francesa y al que la vida le resulta indiferente. Originario de Argel su historia transcurre por sus calles y playas, por lo que a primera vista nada convierte a Meursault en el extranjero, pero si profundizamos en su personalidad entenderemos que viviera donde viviera siempre sería un extranjero en un mundo absurdo que no logra comprender. Una filosofía que Camus, su autor, extiende a toda la humanidad enfrentándola al absurdo de intentar encontrar un sentido a lo que no lo tiene.
A Meursault todo le da igual, y actúa al vaivén de las olas que le llevan del funeral de su madre, al trabajo y a María, una joven con quien hace poco ha iniciado una relación. Para que se hagan una idea les ofrecemos esta conversación:
“María vino a buscarme por la tarde y me preguntó si quería casarme con ella. Dije que me era indiferente y que podríamos hacerlo si ella lo quería. Entonces quiso saber si la amaba. Contesté como ya lo había hecho otra vez: que no significaba nada, pero que sin duda no la amaba. “¿Por qué, entonces, te vas a casar conmigo?”, dijo. Le expliqué que no tenía ninguna importancia y que si lo deseaba podíamos casarnos”.
Imagínense si esta es su actitud ante una de las decisiones más transcendentales que podemos tomar en nuestra vida que hará en el resto de circunstancias.
La primera parte del libro comienza con un funeral y termina en una playa con un sol abrasador. El mar y María son sinónimos de una cierta felicidad, cuando sin saber cómo ni por qué se suceden “cuatro breves golpes que dan en la puerta de la desgracia” y Meursault se hunde en la más profunda de las desdichas. Funestos acontecimientos capaces de destrozar cualquier biografía pero que para quien no siente nada no son más que una lógica sucesión de hechos sin la menor trascendencia. “si me hubiesen hecho vivir en el tronco de un árbol seco, sin otra ocupación que mirar el cielo sobre mi cabeza, me habría acostumbrado poco a poco”. Este es Meursault y esta es su breve y melancólica historia.
Albert Camus nació en Argelia en 1913 en el seno de una familia de colonos franceses, a los que los propios franceses apodaban despectivamente pieds-noirs (pies negros), y que fue testigo de la cruel guerra de Argelia por la independencia y del destierro de la mayor parte de sus compatriotas de origen europeo. Argelia no los quería y Francia los recibió de malas formas. Unos expatriados de su tierra natal y de su tierra de origen. En este contexto creció Camus, periodista, escritor y filósofo, en un mundo descreído que da como fruto su teoría del absurdo, en el que el hombre se tiene que resignar al sinsentido de la existencia. Camus murió en 1960, a los cuarenta y seis años, en un accidente de tráfico, y algunos de los textos de El extranjero nos parecen una premonición: “Y bien, tendré que morir. Antes que otros, es evidente. Pero todo el mundo sabe que la vida no vale la pena ser vivida. En el fondo, no ignoraba que morir a los treinta o a los setenta importaba poco.” No creemos que Camus, a pesar de toda su filosofía, estuviera de acuerdo con estas palabras en el instante final de su fatal accidente.
CONSEJOS PARA LEER EL EXTRANJERO DE ALBERT CAMUS
Es un libro muy corto, y tiene dos partes, la primera es la vida y la segunda es la desgracia. Ambas son un tanto extrañas, de fácil lectura pero de difícil comprensión. Mersault nos resulta simpático, quizás porque nos sentimos identificados con su actitud ante este mundo inexplicable que tiene en la muerte el más absurdo de los colofones.
El otro libro más conocido de Camus es La peste.