Torrente
Santiago Segura es el creador de un ser absolutamente mezquino con el que te partes de la risa. Cuando imaginó a José Luis Torrente, el brazo tonto de la ley, fue acumulando defectos:
Sucio: “Hay dos tipos de hombres: los que se lavan las manos antes de mear y los que se las lavan después. Yo, me las lavo antes”
Putero, cuando una puta le pide que se lave las partes bajas Torrente le suelta: “¿Qué pasa? ¿No te gusta el requesón?”
Racista, cuando va un restaurante chino a comer se queja a la camarera: “¡Chinita! Esto es bambú, esto es lo del oso panda ¿Me ves a mi cara de oso panda?”
Salido: “Eh, chaval, ¿nos hacemos unas pajillas? Pero sin mariconadas”
Machista, malhablado, mal hijo, facha, seboso, abusón, borracho, incompetente… y sin embargo un tipo que, de puro exagerado, cae bien a todo el mundo. No digan que no tiene su mérito. Entre sus pocas virtudes señalamos la de ser un sufrido seguidor del Atlético (“Yo, por el Atleti, daba la vida”) y fanático de la música del cantante El Fary (“¡Di que El Fary es Dios! Di que tu madre es puta (…) bueno, eso no lo digas, que ya lo sabe todo el mundo”). La otra gran virtud es el espíritu arrollador de quien a pesar de vivir en la miseria, llega a cualquier sitio y grita: “¡Qué ha llegado el alma de la fiesta! ¡Invita Torrente!”
Con estos precedentes prepárense a reírse con Torrente, el brazo tonto de la ley, un agente privado que ha sido expulsado del cuerpo de policía y que sobrevive timando a sus clientes y metiéndose en donde nadie le llama. Torrente son sus frases y si les hemos puesto alguna de ellas es para que se rían y se den cuenta de la talla del personaje, con ese lenguaje sin complejos que suelta una burrada cuando menos te lo esperas. No creemos que en esta sociedad actual en la que todo tiene que ser políticamente correcto e infantilmente integrador se hubiera podido estrenar semejante película.
Torrente es una saga de cinco películas pero les advertimos que no merecen la pena más que las dos primeras, las tres restantes rayan el límite del aburrimiento convirtiendo a José Luis Torrente en una caricatura sin gracia de lo que fue. Cuando tu principal argumento son los cameos, esas breves escenas en las que salen personajes conocidos de la actualidad, todo resulta tristemente repetitivo, y si ahora ya nos parecen patéticos no nos imaginamos que ocurrirá dentro de veinte años cuando a esos actorcillos de ocasión no los conozca ni la madre que los parió. Resulta curiosa la degeneración en que puede caer un buen producto pero todo sea por la pasta, Torrente, con sus cinco películas, es la saga más taquillera del cine español.
CONSEJOS PARA VER TORRENTE, EL BRAZO TONTO DE LA LEY
Torrente, el brazo tonto de la ley, y Torrente 2, Misión en Marbella son el principio y el final, no pierdan el tiempo visionando las tres restantes si no quieren sufrir una decepción.
Torrente es políticamente incorrecto, dice una salvajada tras otras, e inevitablemente te ríes. No se trata de ninguna obra de arte, ni espere un argumento genial, es simplemente puro entretenimiento que tiene el gran mérito de haber creado un personaje al que todo el mundo conoce.
Un libro que no te puedes perder:
Simétrico
Dos hermanos gemelos sincronizan sus movimientos de tal forma que quien les contempla cree estar delante de un espejo. Con este don de la simetría sobreviven como titiriteros en la España de la Reconquista,
hasta que el amor por una misma mujer se cruza en su camino y, lo que antes era armonía, se convierte en conflicto. Estalla la guerra entre hermanos y también entre moros y cristianos.
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