Ser o no ser de Lubitsch
Ernst Lubitsch fue un aclamado cineasta que tenía un don especial, el llamado “toque Lubitsch”, una indescifrable cualidad que vamos a tratar de explicar contándoles una de las escenas de la película Ser o no ser: el teniente del ejército polaco Stanislav Sobinski, enamorado sin remedio de la actriz María Tura, va a visitarla a su camerino y, en amena conversación, le cuenta que es piloto de bombarderos y es capaz de descargar tres toneladas de bombas en dos minutos.
María Tura le mira con una mezcla de admiración y deseo y le asegura que “nunca había conocido a nadie capaz de descargar tres toneladas de bombas en dos minutos”. Y el apuesto joven, en plenitud de facultades, ni se da por enterado, pero el público, es decir, usted y yo, nos morimos de la risa con el doble sentido al que nos invita Lubitsch.
Ahora espero que haya entendido un poco lo que es el “toque Lubitshc”, porque si no mejor es que no vea Ser o no ser, una divertida película llena de juegos de palabras, situaciones inesperadas y cómicos personajes. Estamos 1939 en Polonia y una compañía teatral va a representar una parodia del ignominioso líder del país vecino, Hitler, cuando estalla la guerra y la posterior invasión. Clausurada la obra, el joven piloto llega a Varsovia en misión secreta para detener a un delator que conoce datos secretos de la resistencia. Pide ayuda a María Tura y al plantel de actores no les va a quedar más remedio que intervenir, desempolvando el vestuario nazi para, en un peligroso juego de suplantaciones, internarse en el cuartel general de la Gestapo.
Entremedias Josef Tura, marido de María Tura, se entera de la pasión oculta de Sobinski, y tirando del hilo de las citas en el camerino con su mujer, precisamente, cuando él está en el escenario declamando el diálogo de Sakespeare Ser o no ser. La trama se complica con puertas que se abren y se cierran, situaciones inesperadas y la divertida presencia del incompetente coronel Ehrhardt y su siempre incisivo capitán ¡¡¡Schultz!!!
Lubitsch nació en Berlín en 1892 y pronto se dedicó al teatro para terminar en el cine haciendo numerosas películas y creando divertidos personajes hasta que para su fortuna le llamaron de Hollywood y se libró del exterminio que aconteció en su patria, porque Lubitsch era judío. Ser o no ser fue estrenada en 1942, en plena guerra mundial, y además de hacernos reír tiene como fin ridiculizar a los nazis y a su líder. Hay una escena que describe perfectamente lo que ocurrió en Alemania en aquellos tiempos terribles. Los actores disfrazados de nazis montan en un avión y el que hace el papel de Hitler llama a los pilotos, y, en pleno vuelo con la puerta abierta, ordena: “Salten” los dos jóvenes, sin dudar un instante, gritan: “¡Heil, Hitler!” y saltan sin paracaídas. Nos reímos de lo ridículo de la situación, pero, si lo piensan, eso fue lo que ocurrió en Alemania en el 39, Hitler ordenó que saltara al abismo, y Alemania saltó.
CONSEJOS PARA VER SER O NO SER DE LUBITSCH
Ser o no ser se puede considerar una comedia de enredos, pero, como ya les hemos indicado, es cine para inteligentes y debe estar usted atento para no perderse los detalles y las dobles intenciones. El famoso toque Lubitsch está presente en casi todas sus películas entre las que les recomendamos El bazar de las sorpresas, Ninotchka o Ángel, divertidas comedias de amor con excelentes diálogos.
Lubitsch no recibió ningún Oscar a lo largo de su dilatada carrera, pero tampoco lo recibieron Charles Chaplin, Alfred Hitchcock o Stanley Kubrick. Imagínense un premio que se otorgara cada año al mejor tenista y que nunca hubiera premiado a Federer, Nadal o Djokovic, sería ridículo, ¿no les parece? pues a mi también.
Billy Wilder fue discípulo suyo, y lo consideraba su gran maestro, tanto que, cuando estaba escribiendo en su despacho y no quedaba satisfecho con el guion, levantaba la vista y leía en un cartel que tenía justo enfrente de su mesa: “¿Cómo lo haría Lubitsch?” y volvía a reescribirlo.
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