Blade Runner de Ridley Scott
Al inicio de Blade Runner nos informan: “Estamos en el futuro, año 2019…”
Cuando la estrenaron en 1982 debieron poner una fecha más lejana para el desarrollo de la acción, porque el futuro ya ha pasado y la realidad no se parece demasiado a la imaginaria ciudad de Los Ángeles de la película en la que nunca sale el sol, llueve constantemente, los coches vuelan, los edificios son mastodónticos y, curiosamente, no hay teléfonos móviles. No deben importarnos estos fallos en los pronósticos ya que el mundo que crearon es de una estética alucinante en la que unos se trasladan por los aires y la mayoría se arrastra por el suelo.
Entre medio aparecen los replicantes, esos robots más humanos que los humanos, y que como nosotros tienen fecha de caducidad, y que como nosotros QUIEREN VIVIR MÁS. Y de eso va la película, del eterno problema de la vida y la muerte llevado a su máxima expresión en unas máquinas diseñadas para el combate que harán todo lo posible por ampliar, precisamente, ese su periodo de caducidad.
Ahí es donde interviene Rick Deckard, interpretado por Harrison Ford, un Blade Runner, un asesino, a quien se le asigna la misión de retirar, esa es la palabra, a las máquinas. Un argumento genial, basado en la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) y que Ridley Scott lleva a las pantallas en una dirección magistral.
La película está llena de secuencias inolvidables y de frases míticas, como aquella en la que el Dr. Eldon Tyrell, quien ha diseñado a los replicantes, reflexiona sobre la brevedad de la vida: “la luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad del tiempo, y tú has brillado con muchísima intensidad, Roy” o cuando Roy, el líder de los replicantes, persigue a Deckard por un viejo edificio de apartamentos en ruinas “Es todo una experiencia vivir con miedo ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo” y como no, el colofón final con el ya famoso: “Yo he visto cosas que vosotros no creerías…” pero mejor no se lo contamos, es preferible que lo escuche en la propia voz de sus protagonistas.
Ridley Scott nació en South Shields, Inglaterra, en 1937, y pronto pasó de hacer anuncios publicitarios a grandes producciones de Hollywood. De Riddley Scott se puede decir que hace películas muy profesionales y con gran éxito de taquilla, que no es poco, como Thelma & Louise, Gladiator, Kingdom of Heaven, Black Hawk derribado… pero también le cabe el honor de haber hecho dos obras maestras, la mencionada Blade Runner y Allien, el octavo pasajero, otra de ciencia ficción que nos sumerge en el más puro terror y de la cual hablaremos en otra ocasión.
CONSEJOS
Bladde Runner es una película un tanto rara, tiene sus escenas de acción pero el ritmo es más bien lento. Mezcla la filosofía con los asesinatos a sangre fría todo ello bajo una estética opresiva en un mundo masificado en donde nunca sale el sol. Con esto les advertimos para que no se espere nada al estilo Star Wars.
Ridley Scott no estuvo de acuerdo con el montaje final de la película, especialmente con la última escena, añadida casi a la fuerza por el equipo de producción que deseaba un final feliz más comprensible para el gran público. Así que con el tiempo, y con el aval del director, se fueron presentando nuevas versiones, la de 1992 y el Final Cut de 2007, pero que quieren que les digamos, estas últimas son todavía más lentas, más filosóficas, y preferimos y recomendamos la versión original estrenada 1982.
En 2017 alguien tuvo la feliz idea de estrenar la segunda parte de Blade Runner, y lógicamente el resultado es nefasto, ya que las comparaciones son inevitables. No pierdan el tiempo viendo este mal sucedáneo.
CÓMO VER BLADE RUNNER
No hemos encontrado la versión original que recomendamos, así que les presentamos la FINAL CUT que se le parece mucho a ver si les gusta.