Papillon
Papillon es todo un personaje, inasequible al desaliento, irreductible ante la desesperanza. Nació libre y morirá libra, a pesar de haber sido encarcelado en la Guayana Francesa en uno de los más despiadados sistemas penitenciarios que ha conocido la humanidad.
Allí llegan los presos más peligrosos de la República Francesa, y con ellos Papillon (Steve McQueen) quien ha sido condenado injustamente por matar a un proxeneta y el falsificador de billetes de banco Louis Dega (Dustin Hoffman). En este asfixiante mundo de opresión se inicia la aventura de la evasión.
Papillon no se rinde jamás a pesar de sus continuos fracasos de fuga y los consiguientes periodos de aislamiento en celdas de castigo. Pero jamás es demasiado tiempo incluso para los más fuertes y en un instante de la película Papillon parece rendirse. La escena es muy buena, y sucede más o menos así: los presos del módulo de aislamiento no tienen contacto con nadie salvo cuando les cortan el pelo, entonces sacan la cabeza por la ventanilla de la puerta y les rapan. Papillon contempla al demacrado rostro que asoma en la celda de al lado y que le pregunta: “¿Qué tal estoy?” y Papillon, con misericordia, le contesta “Estás muy bien”. En el siguiente corte de pelo su compañero no aparece y, en el tercero y definitivo, vemos el rosto moribundo de Papillon que pregunta “¿Qué tal estoy?” y la respuesta que obtiene es la misma que él dio, entonces sabe que va a morir y se rinde, o casi.
Este tipo de escenas son las que hacen grande una película, cuando todo se cuenta sin apenas contarlo, y es el espectador el que intuye lo que va a acontecer. El guión es obra de Dalton Trumbo quien fue perseguido con saña por el mccarthismo, esa especie de inquisición de los Estados Unidos de posguerra y la historia está basada en el libro autobiográfico de Henri Charrière apodado Papillon por una mariposa que tenía tatuada en el pecho. Por tanto, y por asombroso que parezca, se trata de una historia real en la que el francés Henri llevó a cabo la epopeya por la libertad que se narra en la película.
Henri Charrière apodado Papillon
La moraleja parece sencilla, nunca te rindas, pero en un momento dado de la película Papillon sueña con el juicio que dio al traste con su vida, y en el que grita que él es inocente. El juez, implacable, le explica que no le acusa de la muerte del proxeneta “Yo te acuso de haber malgastado tu vida”, y Papillon, desolado, contesta “Culpable”. A mí esta otra moraleja me parece mucho más terrible pero también más provechosa, espero no malgastar mi vida.
CONSEJOS PARA VER PAPILLON
Papillon, estrenada en 1973, aguanta muy bien el paso del tiempo como suele suceder con aquellas películas que se sustentan en un buen guión. Entre sus muchas virtudes destaca la excelente interpretación de Steve McQueen como indiscutible protagonista. Tan soberbia actuación tiene su eco en todos los amantes del buen cine pero en su día la academia de Hollywood la despreció no estando ni si quiera nominado al Oscar a mejor actor de aquel año, lo cual, en este caso, como en muchos otros, no va en detrimento del actor si no del prestigio de la academia.
Hay gente que resulta realmente osada, y en el año 2017 a un iluminado se le ocurrió hacer un remake de la película, que ni hemos visto ni recomendamos ver porque la simple pretensión nos resulta molesta.