La matanza de Texas
La matanza de texas es una película que cumple a la perfección su cometido: provocar terror, y que con un presupuesto de 180.000 dólares consiguió una recaudación de 30 millones de dólares, lo cual nos recuerda que ni en el cine, ni en la vida, el dinero es requisito imprescindible para alcanzar el éxito.
Apenas hubo promoción, ni publicidad, simplemente funcionó el boca a boca, el de aquellos primeros y osados espectadores que sufrieron de pánico en sus butacas y que cuando salieron de la oscuridad del cine se lo contaron a sus amigos, familiares y conocidos, para ahuyentar el temor de tanta sangre acumulada.
La película es fruto del esfuerzo y el entusiasmo de un director, Tobe Hooper, quien con un reducido grupo de nóveles actores, unas agotadoras sesiones de rodaje y una excelente fotografía, consiguió que el periplo de cinco jóvenes en furgoneta por la América más profunda se convirtiera en una historia de pesadilla que iba a revolucionar el cine de terror. Con su estreno la censura dejó de funcionar y las vísceras destrozadas hicieron acto de presencia en su más cruda realidad. Rodada como si de un reportaje televisivo se tratara los jóvenes van cayendo de uno en uno a manos de una singular familia de despojos humanos, cuya principal destreza había sido la de destrozar cráneos de reses en el matadero con un golpe seco de martillo. Cuando se mecanizó el matadero perdieron el empleo pero no su siniestra habilidad.
Comienza la película con cuerpos descompuestos y termina con gritos desgarradores. La actriz principal, Marilyn Burns, memorizó la primera parte del guión y de la segunda ni se preocupó, tan solo tenía que gritar. Y bien que gritó, pero no nos extraña, dadas las escenas que le tocó rodar. Los demás actores cumplen su misión con acertada dignidad, y el gigante sueco, Gunnar Hansen, al que en ningún momento se le ve el rostro, lo borda con su enorme figura y su motosierra, un personaje que se ha convertido con el paso del tiempo en un icono indiscutible del cine de terror. El otro protagonista destacado es el paisaje de Texas, inhóspito y desolado, con el encanto de los extensos campos, las gasolineras sin gasolina y la melancolía de sus casas abandonadas.
La película cuenta con una singularidad extraña en el género de terror, la belleza. Con una cuidada estética y una acertada ambientación recorremos los lugares del sur y los escenarios del horror, y contemplamos asombrados la escena final, una danza de la muerte a la luz del amanecer.
Tobe Hooper dirigió también la segunda parte de la Matanza de Texas y en su filmografía destaca Poltergeis, producida por Steven Spielberg. Los actores continuaron sus carreras con más pena que gloria pero siempre tendrán el honor de haber participado en aquella experiencia aterradora que fue la Matanza de Texas.
CONSEJOS
Es una película pura de terror, y si no le gusta el género, o es un tanto escrupuloso, mejor no la vea. Puede ser un poco lenta al principio, pero en cuanto coge carrerilla no podrá apartar los ojos de la pantalla, hay sustos, persecuciones angustiosas y mucha sangre.