Gambito de dama

Gambito de dama son unas finas manos que se mueven elegantemente y una mirada retadora, la de la protagonista de esta miniserie americana, Beth Harmon, interpretada por Anya Taylor-Joy, que juega al ajedrez. Beth son unos ojos muy grandes y un prodigio mental que, en un mundo dominado por los hombres, se abre paso a fuerza de derribar reyes. Beth es huérfana y en el sótano del orfanato juega al ajedrez con el encargado del mantenimiento, el Señor Shaibel, su primer maestro, su segundo padre y el más reservado de sus admiradores.
La niña, siempre seria e indiferente al ambiente en el que le ha tocado criarse, al apagarse las luces del dormitorio comunitario en el que yace mira al techo, y en sus juegos de sombras imagina un tablero en el que las piezas se mueven con una rapidez que solo una mente privilegiada es capaz de seguir.
Partidas en la oscuridad de la noche que al amanecer se convertirán en victorias, primero contra su maestro, después en el club de ajedrez local y finalmente a nivel mundial.
El gambito de dama es una apertura de ajedrez en la que se ofrece un peón al contrincante a cambio de una ventaja de posición. Es perder para después ganar, un poco lo que le pasó a Beth, que perdió a su madre en un accidente de tráfico y puso todo su empeño para ganar en eso que mejor sabía hacer: jugar al ajedrez. La serie nos enseña que el talento natural es un regalo de la naturaleza que surge sin que nadie sepa muy bien por qué, pero cuando vemos a Beth leyendo libros y más libros sobre las tácticas de los grandes maestros y variantes infinitas de movimientos de peones y alfiles que debe memorizar, comprendemos que el talento sin el esfuerzo vale de poco, y que para ganar hay que pelear.
Beth nos recuerda sin remedio al gran Bobby Fischer, uno de los más grandes jugadores de ajedrez de todos los tiempos, un adolescente prodigio que ganó el campeonato de Estados Unidos a la temprana edad de catorce años, y que a los veintinueve se proclamó campeón mundial en lo que se llamó la partida del siglo frente al jugador ruso Boris Spaski y toda la sofisticada maquinaria ajedrecística soviética. Beth juega como lo hacía Fischer, como lo hacen los más grandes, con una intuición innata que se impone en los momentos culminantes, cuando ya no valen ni las estrategias ni las estadísticas, como un ángel exterminador caído del cielo. Fischer fue un genio, y su genialidad le llevó a la locura, dejó de jugar, se convirtió en un proscrito de su propio país que tanto le había admirado y murió a los 64 años en Finlandia solo y sin recursos.
La serie está basada en libro del mismo nombre de 1983 de Walter Tevis, y fue adaptada para la televisión Scott Frank y Allan Scott. Tiene un guión acertado, unas excelentes interpretaciones, en especial la de Anya Taylor-Joy con ese físico tan atractivo como enigmático, y una gran ambientación y vestuario que recrea con acierto una época de glamur y sofisticación.
CONSEJOS PARA VER GAMBITO DE DAMA
La serie tiene siete capítulos, que duran en torno a una hora cada uno, y que se nos pueden hacer un poco largos ya que el ritmo en ocasiones es un tanto lento. Como el argumento es lineal puede ir acortando los capítulos y retomándolos según su propio criterio.
Suponemos que dado el éxito de la serie pronto nos llegará la segunda parte de los duelos de la Harmon que estamos deseando ver.
Puede ver la serie en Netflix.