Kidding
Kidding va sobre los límites del ser humano, sobre cuánto puede aguantar un hombre sin perder su esencia. Jeff Pickles es el protagonista indiscutible de un programa televisivo de entretenimiento infantil al que se desciende en un tonel con paracaídas sobre una catarata y del que nunca se debe regresar, un mundo de ilusión donde poder refugiarte de las desgracias de la vida.
Pero esta, la vida, a veces puede ser más fuerte que los más fuertes, y Jeff, el más insobornable defensor de la bondad, está a punto de desmoronarse cuando muere uno de sus dos hijos en accidente de tráfico.
Jeff va poco a poco perdiendo el rumbo, o al menos así lo piensa su padre, Seb Piccirillo, quien también es el productor ejecutivo del programa, cuando contempla espantado como su hijo quiere enseñar a los niños el lado triste de la existencia, el sentimiento de pérdida y la soledad. Pero eso es inadmisible en un programa para niños ideado por mayores, tales ideas no caben en un guión que Jeff se esfuerza en desmontar programa a programa. Así que su propio padre va a tomar cartas en el asunto y pretende sustituir a su estrella por una marioneta, otra más de las que habitan en ese mundo imaginado. Ahí está, muy cerca, el límite que cuando se sobrepasa ya no hay marcha atrás… o tal vez no.
Jim Carrey interpreta a Jeff Prinkeles, y lo hace genial, siempre histriónico en los papeles cómicos pero también trágico cuando hace falta. Le acompañan su desorientado hijo Will, su exmujer quien tras la muerte de su hijo ha pedido el divorcio y vive con su nuevo novio, su padre y productor, omnipresente en cualquier faceta que afecte al programa y su hermana, Deirdre, la que siempre está en un segundo plano, escondida en las marionetas que ella misma diseña y construye, y que son un reflejo de la personalidad de sus seres más queridos. También tiene una breve aparición la nueva novia de Jeff, quien va a morir en apenas seis meses de cáncer, y que cuando milagrosamente se cura le abandona porque quiere vivir su vida. Jeff siempre perdona, y más allá de todo reproche, le sigue pagando el tratamiento contra el cáncer hasta que se cure del todo, así que váyanse haciendo una idea del personaje.
Kidding significa bromeando, y entre broma y broma se filosofa sobre la vida y sus recovecos. En el capítulo siete titulado Kintsugi disfrutamos de esta conversación:
-De lejos soy mejor, de cerca estoy llena de cicatrices.
-¿Conoces el Kintsugi? Consiste en crear arte rompiendo algo especial y recomponerlo pegándolo con oro. Las cicatrices no significan que estés rota, demuestran que te has curado. Romperse es curarse.
-Kintsugi.
Así es un poco Kidding, una cicatriz en el rostro de una marioneta.
CONSEJOS PARA VER KIDDING
Kidding tiene dos temporadas y 20 episodios, pero sinceramente con ver la primera es suficiente. La segunda es más rara, más deslavazada y aunque se deja ver, por comparación, la primera es mucho mejor. La serie se clausuró tras la segunda temporada y parece que de forma definitiva.
Kidding es agradable de ver, un poco extraña quizás, pero con diálogos muy sugerentes y unas excelentes interpretaciones. Un mundo de fantasía en el que es bueno refugiarse de vez en cuando.
La serie es una producción de Showtime y puede verla en Movistart.