El Quijote de Miguel de Cervantes
El Quijote es la desventurada locura de un caballero andante en una tierra deprimida y pobre y el enamorado sin esperanza de la sin par Dulcinea, que no es otra que Aldonza Lorenzo una campesina que cría puercos.
Y así, de este argumento genial que confronta al ser humano en sus más nobles aspiraciones con la cruel realidad surgen las aventuras de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, modelo a seguir de las justas causas perdidas.
Don Quijote abandona su casa y su hacienda para recorrer el mundo en busca de la aventura y al poco regresa en busca de un escudero, Sancho Panza… a partir de ese instante los dos lo van a llenar todo, no son el uno sin el otro, antagonistas en su silueta, uno alto y flaco, el otro gordo y bajo, y en su personalidad, uno culto e idealista y el otro zafio y pragmático. Es el juego que se repite a lo largo del libro más vendido y leído de la literatura en castellano y que ya, me temo, pocos leen. Por si sola esta trama bien llevada bastaría para encumbrar al Quijote, pero se da el caso que Miguel de Cervantes era un genio de la prosa, y no solo eso, era un genio en plena madurez ya que publicó la primera parte del Quijote en 1605 a la tardía edad de cincuenta y ocho años y la segunda y definitiva diez años más tarde en 1615. Un año después, el 22 de abril de 1616 morirá, y damos gracias a las musas de la literatura de que terminara a tiempo su obra.
La biografía de Cervantes (1547-1616) es, en cierta medida, tan apasionante como su libro. Participa en la batalla de Lepanto donde es herido y pierde la movilidad de una de sus manos, poco después el barco que le lleva a España es apresado por los turcos y en su cautiverio en Argel tratará de escapar sin éxito en al menos cuatro ocasiones. Tras el pago del rescate, cuatro años más tarde, regresó a España donde se convierte en recaudador de impuestos, fue acusado de apropiarse de dineros públicos y en la cárcel de Sevilla, cansado de tanto ir y venir, comenzó a escribir la primera parte del Quijote con la esperanza de que fuera éste el que a partir de entonces viniera y fuera. Obtiene finalmente un gran éxito popular con esta obra, una especie de bestseller de la época, y a empujones termina la segunda parte y muere. Y con él muere, sin ningún aspaviento, el Quijote para que nadie pueda resucitarlo, que ya vale.
CONSEJOS
-El Quijote no es un libro para todos los públicos. Es largo, con un lenguaje propio del siglo de Oro español, y muchas expresiones que pueden no llegar a entenderse. A veces es repetitivo y desde luego recomendamos saltarse sin ningún pudor los cuentos que Cervantes introduce en el libro sin venir demasiado a cuento.
-El Quijote es un libro para tener en la biblioteca de casa y releer de vez en cuando, la primera parte, la segunda o algún capítulo suelto, que siempre es un gusto saborear la buena literatura.
EDICIÓN RECOMENDADA DE EL QUIJOTE
-Les recomendamos una edición básica asequible en precio, si luego le gusta hay muchas otras ediciones con abundancia de notas y algunas con magníficas ilustraciones, pero eso ya es para una segunda fase, la de los admiradores de Cervantes.